jueves, 6 de octubre de 2011

La descarga de música no es una infracción...


El Tribunal Supremo de Nueva York ha emitido una sentencia de largo alcance por las consecuencias que podría derivar en el futuro. El fallo determina que las descargas de canciones no equivalen a una reproducción pública ni a reproducir la pieza en plural al público bajo la ley de derechos de autor. La decisión representa una victoria para Yahoo y RealNetworks en el largo litigio que mantenían con la Sociedad Americana de Compositores (ASCAP) por el pago de derechos de autor, pero como digo, el fallo podría significar un cambio en el horizonte para la industria musical digital.

Lo primero que deberíamos decir es que hay que diferenciar entre las dos formas que existen de protección de derechos de autor. Existen los comúnmente llamados así, y por otro lado los derechos de autor de grabaciones de un compositor.

ASCAP es la asociación en Estados Unidos de compositores que recauda los derechos de sus asociados cada vez que una de las composiciones suenan en público. Mientras las tasas de los derechos en conciertos o en la radio están claras, no ocurre lo mismo en el espacio digital.

La controversia llega en este caso por lo que se considera “una interpretación pública” de la pieza en la red. Durante el litigio ambas partes consideraron que el streaming de música es una “interpretación pública” y por lo tanto los compositores tenían derecho a recibir su parte por los servicios de streaming. El problema llegó cuando ASCAP también argumentó que los compositores tienen derecho a una indemnización por la música que los usuarios descargan, algo a lo que se han negado desde entonces tanto Yahoo como RealNetworks.

Desde el 2007, momento en el que un Tribunal de primera instancia fallara contra ASCAP, la organización ha pedido repetidas veces que se repitiera y revisara el caso. Finalmente ha llegado la confirmación desde la corte de apelaciones del Tribunal Supremo en una locución que no tiene lugar a dudas:



Duro golpe no sólo a ASCAP, sino al conjunto de la industria del entretenimiento que ve como por primera en Estados Unidos se dictamina que la descarga de una pista musical no es ilegal ni una infracción.

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